miércoles, 30 de mayo de 2012

Editorial
Simpatía


Sentir simpatía o antipatía es algo frecuente.
Sentir, en este caso, no es una palabra al azar, posiblemente es la percepción de nuestra energía con el otro.
Sus expresiones son diversas, emociones, físicas, estéticas, intelectuales, etc, y reflejan el modo en que nuestra energía percibe la del otro.
Podemos aventurar esta condición en la química (se habla de buena química entre las personas) y ahondando en las pequeñas partículas de la física, supongo se da un fenómeno similar.
La etimología del griego es: sufrir juntos.
Simpathetic está en el repertorio y significa eso, se traduce como compasivo, el que siente el sufrimiento del otro.
Cuando estamos con alguien que nos simpatiza, nos reconforta, estimula nuestra energía y podríamos decir que en cierto modo también, nos cura.
Empatía, otra palabra cercana, habla de encontrarse en la misma frecuencia, sintonizar.
Pareciera que la empatía es una condición en la naturaleza terapéutica.
Habitualmente escuchamos comentarios como: “esa persona o ese médico no me gustó o sí me gustó, noté que me entendía..”, aunque se trate como siempre lo es, de una percepción subjetiva.
Es notorio cuánto este aspecto influye por sí solo en la evolución de un paciente.

En cierto punto llega a no importar el sistema terapéutico aplicado, sino la actitud interna curativa y la confianza que el paciente le otorgue.
El conocido efecto placebo, presente en cualquier terapéutica, está vinculado a múltiples factores que expresan entre otras cosas, la simpatía de cada paciente en particular por un tratamiento, un médico o terapeuta.
Vemos también una relación entre simpatía e idiosincrasia.
Se dan así, muchos factores que aportan un valor significativo en una curación.
La homeopatía tiene entre sus virtudes la de aproximarse a un método abarcativo y traducir a su lenguaje aspectos concretos individuales que otras terapéuticas no alcanzan a registrar y que pueden ayudar considerablemente.


Existen otras fuentes de la simpatía como las presentes en la medicina popular, donde se establecen analogías entre las enfermedades y ciertos objetos, plantas etc, aplicando sobre estos últimos una acción o tratamiento que se espera ayude a curar la patología con ella vinculada.
Hay un capítulo al margen de la ciencia oficial, el de la magia, que en buena medida se relaciona con la curación. Allí están entre otras la magia simpática y la homeopática, ésta última que en sí no tiene vinculación directa con la terapéutica homeopática, aunque  muchas veces a los homeópatas los tilden de brujos. No obstante, es posible que se trate de un capítulo a explorar con mayor profundidad, donde se encuentren otros nexos comunes hacia una comprensión mas unitaria.

Simpatía se llama también a la vibración de ciertos objetos que resuenan con la frecuencia armónica de un sonido, se dice que vibran por simpatía.
De algún modo comparten algo en común que los hace vibrar al unísono.
Podríamos considerar que existe una condición común que identifica a las partes y las acerca, una energía de unión.
¿Podemos encontrar un nexo de conexión con el principio de la homeopatía, la Ley de la cura por lo semejante?
El resonar de la enfermedad del paciente con lo similar que el remedio homeopático provoca en su experimentación en personas sanas es un punto de partida de esta reflexión.
Quizas el término homeopatía pudiera tener otros significados complementarios o paralelos, que en realidad no son excluyentes, vinculados directamente con la simpatía, la unión, la interacción en la misma condición con el otro.

Consideremos otros aspectos de contacto con la simpatía, como el agrado, la atracción llegando en el plano afectivo hasta el enamoramiento, que es un particular estado de energía.
El conjunto de factores que se establecen en la simpatía y sus fenómenos cercanos es tan amplia y como mencionamos, posiblemente inabarcable. Por señalar algunos, aquellos de orden psicológico que intervienen, el carácter, las identificaciones, las características físicas, los patrones de la cultura, etc.
Agradar o agradable se vincula a gracia. La gracia también entre otras acepciones es un don, un atributo especial del hombre o una acción sobrenatural de dios.

Hay personas que por naturaleza tienen simpatía por la homeopatía aunque quizas sea poco el resultado que hayan obtenido con ella, y otras contrariamente antipatía, aún sin experimentarla, así como otros pacientes tienen simpatía por la alopatía aunque sea escaso el beneficio real que reciban.

Si llegaramos a entender un poco mas sobre el fenómeno de la simpatía, esta misteriosa esencia de la interacción de la energía, seguramente también seríamos mas sanos.
Ya ves Horacio, siguiendo a lo lejos a Shakespeare, te caiga o no simpático, o en gracia, hay mucho mas entre el cielo y la tierra que lo que conoce tu filosofía.